lunes, 25 de noviembre de 2013

Las urgencias médicas



El primer trabajo que expongo se ocupa de las Urgencias Medicas; un tema sobre el que tengo una dilatada experiencia.


“LAS URGENCIAS” UNA NUEVA ESPECIALIDAD MÉDICA.

Dr. A. Antonio Hage Made

El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, con fecha 13 de Octubre de 2011, remite por carta un comunicado que resumimos: .....decisión de este Departamento de aceptar las propuestas recibidas e incluir la nueva especialidad de Urgencias y Emergencias en el art. 1 a), junto a las especialidades en psiquiatría infanto-juvenil y en enfermedades infecciosas, incorporándose como especialidad médica en el lugar que alfabéticamente le corresponde, en la relación de especialidades por el sistema de residencia que figuran en el apartado 1 del anexo I, del Real Decreto 18/2008 de 8 de febrero.....

En el mes de marzo de 1977, el Hospital General y Clínico de Tenerife creó un Servicio de Urgencias autónomo, jerarquizado, dependiente solo de la Dirección Médica, de la Gerencia y del Consejo de Administración. Fue cubierto, mediante Concurso Público Reglamentario, con un Médico Jefe de Servicio y cuatro Médicos Adjuntos. Lo completaba un Supervisor de Enfermería y un número adecuado de ATS y Auxiliares seleccionados del propio Hospital. El Servicio, dotado con el material necesario, tenía conexión directa con el Laboratorio Central y disponía de Equipo de Radiología manejado por Técnicos en presencia física. Constaba de Administración autónoma, jerarquizada, además de Secretaría, Servicios Sociales y Seguridad.

En el mes de octubre de 1978, el Jefe de Servicio, con titulo en Medicina Interna, obtuvo plaza, tras el correspondiente Concurso de Méritos, en la Facultad de Medicina de La Laguna. Fue nombrado Profesor Encargado de Curso de Medicina Interna, con Nivel A.

El Supervisor era ya Profesor de la Escuela de Enfermería.

Con esos antecedentes, el Servicio de Urgencias inició su andadura con los siguientes propósitos: Llevar adelante un Servicio más del Hospital, autónomo e independiente, que si bien recibía enfermos directos desde el exterior, debía mantenerse interrelacionado con el resto de los Servicios Hospitalarios. En él, la Enseñanza, y su conexión, por tanto, con la Facultad de Medicina y con la Escuela de Enfermería, se consideraron fundamentales. El trabajo, en presencia física las 24 horas del día, se estableció por turnos. Cada uno de los Médicos Adjuntos debía conformar su propio equipo, actuar con protocolos escritos e integrar en él a un Médico de Urgencia en Formación. El Médico de Urgencia en Formación fue nuestra primera y más importante propuesta a la Dirección del Hospital; lo consideramos pieza clave en la nueva estructura y debía ser asimilado al resto de los Médicos Internos y Residentes, a los MIR. La interrelación, el intercambio, con otros Servicios de Urgencias de España y del Extranjero, que ya funcionaban muy bien, fue un claro objetivo más a alcanzar. 

Todo eso conllevaba cambios sustanciales. Había que pasar de la primitiva y heroica “sala de urgencia; cuarto de guardia” del antiguo Hospital a un verdadero Servicio estructurado y jerarquizado: “a un pequeño Hospital dentro de un gran Hospital”, en el que además y fundamentalmente pudieran recibir enseñanza y posterior titulación “especialistas en urgencias”; una especialidad que con entidad propia aun no tenía reconocimiento oficial en nuestro País.

Nada fue fácil, pero nos pusimos a la labor que en muchas ocasiones fue penosa porque había que compaginar el trabajo asistencial con el académico y porque cada día un número mayor de enfermos accedía al Hospital desde fuera. Y adelanto ahora, como responsable que fui del Servicio, que nunca agradeceré suficientemente el trabajo y el esfuerzo que se vieron obligados a realizar los primeros componentes de la Plantilla. Lamentablemente, algunos de los médicos, también de auxiliares, no pudieron soportar las condiciones de trabajo y, como no veían perspectivas personales de futuro, abandonaron el Servicio para incorporarse a otros lugares ya que tenían titulación reconocida en otras Especialidades. 

Desde la puesta en marcha del Servicio el trabajo asistencial fue, a nuestro modo de ver, bueno y equiparable al que realizaban otros Hospitales. Recibíamos, cuando lo solicitábamos, el apoyo y la ayuda del staff hospitalario aunque procurábamos resolver los problemas con nuestros propios medios, iniciando los tratamientos con protocolos previamente consensuados con los otros Servicios. Todo era el fruto de una buena relación intrahospitalaria y de una experiencia que mejoraba día a día.

Inicialmente, hasta que se pudo seleccionar a Médicos en Formación, fueron los MIR del Hospital los que hicieron guardias en presencia física junto a los médicos de la propia plantilla de Urgencias, en una labor que fue fundamentalmente asistencial aunque tan provechosa para esos MIR que no la han olvidado.

Pronto el Hospital, a instancia nuestra, y con el decidido apoyo de uno de los Directores médicos, el Dr. D. Diego de Armas, que conocía muy bien las Urgencias de los Hospitales Americanos porque había vivido, incluso, la creación de la especialidad en EE UU, inició una nueva y ambiciosa andadura: la de formación de verdaderos Especialistas que pudieran tener en su día reconocida titulación oficial en una Nueva Especialidad que lamentablemente no había sido reconocida aun entre nosotros. 

Como no tenemos noticia de nada parecido en nuestro País, afirmamos, con reservas por si estamos equivocados, que los primeros Especialistas en Medicina de Urgencia se formaron y fueron reconocidos como tales en el Hospital General y Clínico de Tenerife donde al acabar su formación recibieron la correspondiente Certificación con Visto Bueno de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna. 

Dimos a conocer por entonces, a través de una Revista Médica de tirada nacional (Tribuna Médica, Periódico semanal destinado a todos los médicos de España. 26 de octubre de 1984. Número 1.054), lo que estábamos haciendo. Resumimos el contenido del articulo en el que decíamos: “La medicina pretende vivir en nuestro País con respecto a la Medicina de Urgencias de espalda a la realidad, a la eficacia e, incluso, a la responsabilidad. Vivir de espaldas a la realidad es ignorar que la sociedad demanda cada vez más ese tipo de asistencia. Vivir de espaldas a la eficacia y a la responsabilidad es permitir que al frente de los Servicios de Urgencias, especialmente de los extrahospitalarios, estén médicos recién licenciados con escasa experiencia..... la Asociación Médica Americana reconoció, en Septiembre de 1.979, a la Medicina de Urgencias como una nueva Especialidad..... muchas cosas pueden ser discutidas, pero es incuestionable que los médicos que estén al frente de uno de esos Servicios tienen que tener la preparación y la cualificación necesarias, y eso no se improvisa..... a finales de 1.982, nuestro hospital comenzó un programa de formación de urgencias para médicos postgraduados, de cinco años de duración..... ya han cubierto el primer año de estancia y han pasado, con seguridad, su año más duro trabajando codo con codo con los médicos de la plantilla..... a partir de este año inician un programa de rotación por otros Servicios del hospital. Culminaran su formación con la asistencia a un Centro Nacional o del Extranjero de reconocida solvencia donde prepararán algún aspecto concreto de la especialidad..... es más, creemos que hay que llevar a las Universidades a la Medicina de Urgencias..... tenemos la convicción de que los estudiantes sienten una especial atracción por este tipo de medicina..... EEUU (hablamos del año 1.981) tiene más de 53 programas de Residencia, 11.000 miembros en el Colegio Americano de Medicina de Urgencias, 570 en la Asociación Universitaria y 210 en la Sociedad de Profesores de Medicina”. 

Decíamos antes, la labor asistencial en el Servicio era buena; añadimos ahora, la académica inmejorable. Semanalmente se impartía una clase teórica sobre un tema de interés general, de un programa previamente confeccionado y consensuado. Clases que dictaron la totalidad prácticamente de los especialistas del Hospital que en su mayoría eran, además, profesores de la Facultad de Medicina. Una vez en semana, uno de los equipos de Urgencia, a veces de otros Servicios, presentaba un caso clínico vivido y resuelto en el propio Servicio o que había acabado en otro de los Servicios hospitalarios, médico, quirúrgico o unidad especial. Publicamos trabajos en Revistas Nacionales, especialmente en la desaparecida “Urgencia”, que tenían interés por su rareza o por su dificultad diagnóstica. Se prepararon Tesis Doctorales que fueron leídas más tarde. Y se puso en práctica una novedosa e ilusionada modalidad de enseñanza y de intercambio de experiencias: se conformaron equipos, de cinco-seis personas, de nuestro Hospital y de otros, que se desplazaron “fuera”, llevando las “urgencias” en forma de “mesas redondas y de lecciones magistrales” a localidades del Norte y Sur de nuestra isla, también de otras (la Gomera, el Hierro, Fuerteventura) en cuyos Hospitales compartieron con sus componentes jornadas de trabajo intensísimas. Esa modalidad de enseñanza interesó tanto, especialmente a los médicos extrahospitalarios de las llamadas “islas menores”, que a las reuniones acudieron en su día, y de ello tenemos constancia, absolutamente todos los médicos, los auxiliares también, que ejercían en ellas en esos momentos. 

Estábamos en un momento propicio y el Consejo de Administración de los Establecimientos Benéfico-Sanitarios del Excmo. Cabildo, en sesión de 17 de Febrero de 1981, a instancias de la Dirección Medica, adoptó el siguiente acuerdo:
..... concesión de permiso y ayuda económica al Dr. Hage Made del Servicio de Urgencias, para realizar estancias en varios hospitales de EE UU.....

Los servicios de Urgencia españoles ya los conocíamos. Nuestra formación como especialista en Medicina Interna en el antiguo Hospital Provincial de Madrid (hoy Gregorio Marañón) en los Servicios del Profesor Jiménez Díaz, nos permitió conocer de primera mano, porque hicimos muchas guardias nocturnas en él, su Servicio de Urgencias. También las Casas de Socorro, repartidas estratégicamente por todo Madrid. Pero aquella era “otra medicina de urgencias” muy alejada de lo que pretendíamos hacer aunque con el atractivo que siempre despertaron “las urgencias” de los Hospitales que atraían a muchos estudiantes y a muchos médicos en formación en diferentes especialidades. En nuestro periplo, conocimos a responsables de otros Servicios hospitalarios con los que cambiamos impresiones, en particular con el Clínico de Barcelona y con el Marqués de Valdecilla de Santander, donde hacían, al igual que en la mayor parte de los hospitales españoles, una muy buena medicina asistencial aunque sin la posibilidad de otorgar titulación oficial a los médicos interesados en “las urgencias”. 

La estancia en diferentes hospitales de EE UU nos permitió constatar que estábamos en el buen camino, aunque nos faltaba la organización que allí tenían y, especialmente, el reconocimiento oficial de la Especialidad que ya iba siendo aceptada en otros países, especialmente en los anglosajones aunque también en algunos sudamericanos. 

Creamos por entonces, médicos de nuestro Hospital y de otros, en el seno del Colegio de Médicos de Santa Cruz de Tenerife, de cuya Secretaría recibimos expresa felicitación escrita, la Sociedad Canaria de Medicina de Urgencias (URGECAN), oficialmente registrada en la Dirección General de Administración Territorial del Gobierno de Canarias con fecha 22 de Diciembre de 1.986. Como no tenemos noticias del reconocimiento oficial de ninguna otra anterior a la nuestra, afirmamos, con reservas por si estamos equivocados, que la primera Sociedad de Urgencias de España fue creada en el seno del Colegio de Médicos de Santa Cruz de Tenerife.

Después hemos visto nacer a diferentes Sociedades de Urgencias que llevan un añadido: “y de Emergencias”, denominación ésta habitual en los países anglosajones. Inicialmente nos pareció que la terminología era una redundancia; después, que con ello se quería significar una dimensión más amplia de la Especialidad en la que se implicaba a otros colectivos Paramédicos (Bomberos, Policía Nacional, etc.). Encontramos finalmente la explicación que se le daba al término, a saber: Emergencia, situación de salud que se presenta repentinamente, que requiere inmediato tratamiento o atención y que lleva implícita una alta probabilidad de riesgo de vida. Urgencia, situación de salud, que también se presenta repentinamente, sin riesgo de vida y que puede requerir asistencia médica dentro de un tiempo razonable (de 2 a 3 horas). Nosotros seguimos usando la terminología tradicional, simplemente Medicina de Urgencias, porque nos parece clara y porque está arraigada entre nosotros. 

Dejamos el Servicio, voluntariamente, en el año 1996. La Jefatura fue ocupada por uno de los primeros médicos adjuntos, que ha mantenido similares esquemas de trabajo, también de formación de Especialistas, porque la bondad del modelo que iniciamos estaba suficientemente contrastada y acreditada. Aunque algunas cosas, a la luz de los nuevos acontecimientos, debieron ser modificadas. 

Ahora que la Medicina de Urgencias ha entrado en la mayoría de edad, nos ha parecido oportuno narrar estos hechos que indican la preocupación, el entusiasmo y, por qué no decirlo, la visión de futuro que ya por entonces teníamos algunos médicos. Si la Medicina de Urgencia ha alcanzado en España sus objetivos, si va a ser “generalizada”, cuando ya ha sido reconocida, solo puede ser motivo de satisfacción para todos pero especialmente para nuestro Hospital que, pionero, no supo o no pudo dar a conocer en su día, y más allá de su entorno, lo que pretendía hacer. 

Reconociendo que las cosas pudieron haber sucedido de otra manera, especialmente si hubiéramos contado con la inestimable ayuda de las modernas “redes de información”, lo ahora conseguido constituye un hito histórico que solo merece felicitaciones que nosotros expresamos de forma sincera al grupo de profesionales que han logrado que la Especialidad de Urgencias esté en el lugar que le corresponde. 

(Este trabajo fue publicado con anterioridad, fecha 2 de Mayo de 2012, en la página OPINIÓN del COMTF; Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife)

Urgencias médicas

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